NIM ha reiniciado su actividad en este nuevo curso.

En la reunión del pasado miercoles se hablo del artículo recientemente publicado en New England Journal of Medicine sobre el efecto de los glucocorticoides inhalados (GCI) sobre la talla final adulta.

En este estudio se presenta la evolución de la talla hasta la vida adulta de los pacientes que se incluyeron en el estudio CAMP, que incluía pacientes entre 5 y 13 años con asma persistente leve o moderada, en una de estas tres ramas de tratamiento: budesonida, nedocromil o placebo.

Los resultados obtenidos demuestran que el tratamiento con budesonida tiene un efecto negativo sobre la talla final adulta, pero con escasa repercusión clínica (aproximadamente 1.2 cm). Este efecto es mayor en mujeres y en pacientes que inician el tratamiento con <10 años. La «perdida» de talla se produce en los primeros 2 años de tratamiento, y aunque nunca vuelve a recuperarse, el efecto no es progresivo y se mantiene constante a lo largo del tiempo.

Este estudio arroja luz al debate sobre el efecto real de los GCI sobre la talla adulta, que hasta ahora no estaba completamente aclarado.

¿Debemos entonces dejar de prescribir GCI a los niños con asma?

La respuesta más apropiada es que no. Los GCI siguen siendo la primera línea de tratamiento en los pacientes con asma. Lo que este estudio nos recuerda es que hay que reevaluar constantemente a los pacientes y ajustar la dosis a la mínima posible que controle los síntomas. Y que en los pacientes con GCI debemos controlar, entre otras cosas, la evolución de la talla, porque antes que neumólogos somos pediatras.